Perdí al amor de mi vida, mi más dulce esencia, revestida con mentiras, sin pensar en las consecuencias. Ahora, la tenebrosa noche me aplasta, y la tristeza me abruma, sin dejarme respirar. Me engañaba a mí mismo, por no saber amarla, y hoy, la añoro con la fuerza de mil tempestades. Mi corazón, hecho pedazos, llora su despedida, y no sé cómo levantarme, sin su dulce compañía. La vida, sin ella, es un abismo de dolor, y mi alma, envuelta en lágrimas, se siente traicionada. Pero sé, que debo seguir adelante, aunque cueste, porque el amor, es la vida, y sin él, todo es efímero. Así que, levantaré mi cabeza, y miraré al frente, Aún sin la esperanza de tenerla, de nuevo, entre mis brazos. Porque el amor, es el motor, que nos impulsa a seguir, y sin él, no podemos vivir, ni soñar, ni sentir. Y aunque la sombra me persiga, como un viejo fantasma, abatido me despido de ella, para guardar el recuerdo en mi alma. Porque los momentos que pasamo
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